Sobre la "Buena o Mala Suerte"
Siempre
se ha pensado que la suerte tiene que ver con Júpiter en la carta
natal, pero la suerte de Júpiter es la que nos trae oportunidades
para crecer y desarrollarnos. También es cierto que nos hace a veces
estar en el lugar y el momento oportuno. Sin embargo, la suerte que
Júpiter proporciona no siempre nos puede hacer feliz. En ocasiones
puede resultar un caramelo envenenado. Especialmente si Júpiter está
mal situado en la carta natal y si está mal aspectado o retrógrado
-lo cual significa que existen otras energías que se le contraponen-
la suerte se escapa.
Otras veces Júpiter nos trae oportunidades y no
las reconocemos porque no nos hacen felices del todo. Júpiter rige
dos signos duales como son Sagitario y Piscis y su naturaleza a veces
se expresa de forma contradictoria. Esto se explica muy bien en este
cuento chino:
Una
historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo
caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las
montañas. Cuando los vecinos del anciano labrador se acercaban para
condolerse con él, y lamentar su desgracia, el labrador les replicó:
«¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?»
Una semana después,
el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de
caballos. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena
suerte. Este les respondió:
«¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién
sabe?».
Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos
caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo
consideró esto como una desgracia. No así el labrador, quien se
limitó a decir:
«¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?».
Una semana más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron
reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas
condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota le
dejaron tranquilo. «¿Había sido buena suerte? ¿Mala suerte?
¿Quién sabe?»
Todo
lo que a primera vista parece un contratiempo. puede ser un disfraz
del bien. Y lo que parece bueno a primera vista puede ser realmente
dañoso. Así, pues, será postura sabia que dejemos al Universo
decidir lo que es buena suerte y mala y le agradezcamos que todas las
cosas se conviertan en bien para los que le aman.
Tomado
del libro “Sadhana, un camino de oración”, del místico y
sacerdote católico Anthony de Mello (1931-1987).
Sin
embargo, esto no ocurre con la Parte de la Fortuna, en ella la suerte
es más reconocible -ya que en ella intervienen los tres puntos más
personales de la carta: Sol, Luna y Ascendente-. Todo el mundo se
pregunta a veces cuál es el secreto para llegar a ser realmente
feliz, pero la respuesta no es tan simple como parece, ya que a
menudo tenemos conceptos erróneos acerca de nuestras verdaderas
necesidades. Pensamos que nos hace falta algo que en realidad no es
esencial, tenemos ídolos inadecuados o nos orientamos según las
ideas de otros. El resultado es que, antes de darnos cuenta, hemos
tomado el camino equivocado, lo que descubrimos muchas veces cuando
ya es demasiado tarde.
Sin
embargo, si sabemos lo que nos puede proporcionar auténtica
felicidad, estamos en condiciones para tolerar circunstancias
incómodas e incluso tomar decisiones dolorosas con el fin de lograr
nuestros ideales. En este sentido, el Punto de la Fortuna (del lat.
pars fortunae), o simplemente Fortuna, sirve como referencia,
simbolizando nuestros principios personales, que en ninguna situación
debemos olvidar. No es un planeta, sino un punto sensitivo que tiene
su origen en la astrología árabe.
Como
es de suponer, no es casualidad que el cálculo del Punto de la
Fortuna se base en las posiciones del Sol, de la Luna y del
Ascendente. Se considera que esas tres energías son fundamentales
para el hombre y tienen una influencia considerable sobre la
formación de su carácter. El Sol es símbolo de su identidad y de
sus objetivos conscientes; la Luna simboliza su lado emocional, así
como sus reacciones conscientes e inconscientes, mientras el
Ascendente, como personalidad visible, expresa en cierto modo tanto
al Sol como a la Luna. La conexión entre estos tres factores recibe
el nombre de pars fortunae, el Punto de la Fortuna.
Ese punto
sensitivo señala aquel lugar en la carta astral donde el Sol, la
Luna y el Ascendente se pueden expresar de la forma más armoniosa.
Así pues, indica por emplazamiento aquella esfera de la vida que nos
ofrece la mejor opción de experimentar verdadera felicidad; nos
muestra el lugar donde está escondido nuestro tesoro, nuestra
fortuna. Por eso todo lo que se corresponda con el signo zodiacal en
el que tenemos nuestra Parte de la Fortuna -calculado de forma
tradicional- son cosas o lugares que nos proporcionarán suerte.
Pero
si sabemos lo que nos proporciona suerte, también podemos saber que
cosas nos atraen la desgracia, nos boicotean la vida y nos fastidian
a base de bien. Eso se sabe a través de las cosas que se
corresponden con el Parte del Infortunio. Ya que si existe el bien,
también existe el mal y el Parte del Infortunio es la contrapartida
a la Parte de la Fortuna. El Universo aprieta con el Parte del Infortunio,
pero no ahoga, pues nos proporciona la Parte de la Fortuna.
Algunos
de ustedes se preguntarán: ¿Qué ocurre si el Parte de la Fortuna y
el del Infortunio están en el mismo signo? Bueno, pues eso es una
"salsa agridulce". Significa que las mismas cosas que nos
pueden beneficiar nos pueden perjudicar y que por tanto, la suerte en
ese caso depende más de nosotros.
Bien
aquí lo que estamos intentando es encontrar cosas que nos
proporcionen suerte. No lo olvidemos. En astrología kármica,
siempre se ha entendido que los signos representan distintas
manifestaciones de la energía. Si un planeta es el QUÉ; un signo es
el CÓMO. Teniendo en cuenta esto, por el signo responde a la
pregunta CÓMO TENEMOS FORTUNA o CÓMO TENEMOS DESGRACIA.
Sin
embargo, saber el cómo no siempre ayuda a conseguirla y es que la
suerte no es tan fácil de atrapar. Conocer el CÓMO no lo garantiza
todo, falta saber el CUÁNDO y eso solo se puede averiguar con las
Direcciones y Atacires, Progresiones, Revoluciones Solares y Lunares,
Tránsitos.
Es muy complicado. Además la suerte no siempre se tiene
que dar en lo material, se puede dar en muchos órdenes de la vida.
Las casas señalan el DÓNDE. Si uno tiene el Parte de la Fortuna en
la Casa II puede que sea material, dinero. Pero si lo tiene en la
casa IV, puede ser en la familia. En la casa V puede ser en el juego
y por supuesto siempre que no haya ningún otro planeta maléfico en
la misma casa e incluso signo donde se encuentre y a veces la casa
también representa el QUIÉN si hace referencia a personas, por
ejemplo, la casa VII es la pareja o el socio.
Finalmente
me queda añadir el tema de las correspondencias. Este es un tema muy
subjetivo y diversos autores han creado las suyas. Yo creo que las
correspondencias tradicionales antiguas en algunas cosas está bien,
pero en otras no tanto. La cultura del hombre distinto ha cambiado y
la geografía del planeta también, incluso el clima. Entonces se
tienen que utilizar correspondencias conformes al hombre moderno,
pero respetando al máximo la tradición.
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