Personalidad del signo Leo



Los rasgos de personalidad que voy a explicar a continuación relacionados con Leo, deben ser tenidos en cuenta especialmente cuando una persona tenga el Sol o el Ascendente en éste signo. Además, deberá ser matizado por el Dominante Armónico y Planetario que podrá suavizar o reforzar estos rasgos. Como ejemplo de esto se puede ver el caso del actor Robert de Niro que he explicado en un blog anterior, hemos podido comprobar como los rasgos de personalidad leoninos están reforzados por tener un Armónico Dominante 1, que también está en analogía con el Sol. También el planeta dominante Neptuno le añadirá cierta sensibilidad, aunque el Armónico Dominante 1 resaltará su individualismo leonino.

Este signo que reina en el corazón del verano (para el hemisferio norte), cuando el Sol se encuentra en su máximo apogeo, está simbolizado por un león (*). Se trata de un animal de aspecto regio, de gran fuerza y poder, tradicionalmente considerado como "el rey de la selva" por su porte solemne y majestuoso *(para el hemisferio sur es invierno y el animal sería el oso polar). Estos dos animales simbolizan la realeza y personifican un compendio de virtudes tradicionalmente masculinas: inteligencia, independencia, valor, fuerza, poder, dominio, liderazgo, don de mando, seguridad en sí mismo; pero también apunta a grandes pasiones que pueden dominar a estos nativos: los instintos, el egoísmo, la ambición, el despotismo y la arrogancia.
Leo es un signo de fuego fijo. El elemento fuego alude nuevamente a una desbordante vitalidad y energía, tanto física como anímica, a una infatigable actividad unida a una naturaleza práctica y realizadora. Dominan a sus semejantes de forma natural e innata, tienen gran confianza y seguridad en sí mismos y son conscientes de su superior fuerza y poder, a lo que también suele sumarse una notable buena estrella. Están supeditados a poderosas emociones, impulsos e instintos. Al ser un signo fijo, estas personas terminan lo que comienzan, son constantes, perseverantes y no se salen del camino trazado, lo que constituye otra importante razón de su éxito final. Aunque esa misma constancia, unida a la repulsión que sienten por los cambios, suele favorecer en ellos una tendencia conservadora.

Sólo al majestuoso Sol podía corresponderle la regencia de este signo. El astro rey dota a los nativos de Leo de la máxima vitalidad unida a esa innata aureola de brillo y poder que siempre los acompaña. tienen un Yo muy fuerte y dominante, que imponen a sus semejantes de manera natural, junto a una clara conciencia de quiénes son y cuál es su destino. Disfrutan de grandes virtudes: amor, nobleza, generosidad, magnanimidad, sinceridad y franqueza; elevados ideales y aspiraciones, así como valor, arrojo, heroísmo, optimismo y confianza en sí mismos. Tienden a ver el lado bueno de la vida y de las personas y perdonan con facilidad. Parecen haber nacido con suerte y tienen más facilidad que otros para acceder al poder, la riqueza o la fama.

Por contra, Saturno y Urano, los planetas que reinan en el corazón del invierno, cuya influencia exalta los valores más fríos, racionales, rígidos, severos y represivos, se encuentran exiliados y debilitados en este signo de naturaleza tan cálida y pasional.

A los leoninos les gusta el lujo y tienden a vivir por encima de sus posibilidades, sin embargo, casi siempre salen adelante gracias a su buena estrella. Parecen haber nacido para gozar de las cosas buenas de la vida y siempre los acompaña una especial gracia o atractivo, tanto físico como de carácter. Son muy generosos y aborrecen todo lo bajo o mezquino. Por otra parte, los mueve una profunda ambición y luchan tenazmente por escalar las cimas más altas sociales o económicas, subestimando adversarios y dificultades.

Leo es un signo profundamente masculino en su naturaleza, y las mujeres nacidas en él comparten muchos de los rasgos que la tradición considera propios del sexo contrario: carácter fuerte, hiperactividad, independencia, don de mando, brillo, liderazgo. Nada las atemoriza. Sin embargo, eso no es obstáculo para que al mismo tiempo sean muy femeninas.

No hay nada pequeño ni mezquino en estos nativos, junto a las más excelsas virtudes se agrupan los peores defectos, que exteriorizan más cuando no culminan sus ambiciones: orgullo, arrogancia, egocentrismo, prepotencia, altivez, engreimiento, despotismo o tiranía. Quieren que todo gire alrededor de ellos. Suelen ser fanfarrones, exhibicionistas y teatrales, y necesitan su público. Si un leo es humillado, puede ser un enemigo terrible, que no descansará hasta ver aniquilado a su rival.

Físicamente, el signo otorga una constitución atlética, no exenta de atractivo, belleza y aires de dominio o solemnidad. Es el más vital, fuerte y poderoso de los signos, de temperamento bilioso o sanguíneo. A menudo son rubios o castaños. A veces su aspecto es redondeado, hercúleo y algo felino, como Arnold Schwarzenegger. Otras veces es apolíneo o aquilino, como Robert Redford.





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